Seguimos de manteles largos y con el ánimo de continuar celebrando
los 111 años de la fundación de nuestra gran ciudad. Mexicali, el Valle y San
Felipe se unieron en una sola voz el pasado 14 de marzo para conmemorar tan
emblemática fecha en la historia de Baja California, y qué mejor manera de
festejar que con actividades culturales y deportivas, verbenas, funciones de
teatro y programas especiales que nos recordaron el por qué Mexicali es una
ciudad que no descuida su desarrollo, expandiéndose en todas las direcciones,
tomando lo mejor de su gente para convertirse en la tierra prometida que alguna
vez soñaron nuestros pioneros.
La participación de los mexicalenses en torno a la celebración del
aniversario de la ciudad, es más que un deber cívico, un reflejo del amor y
arraigo hacia nuestro origen, pues el hecho de conmemorar una fecha histórica
como esta, es significativo en la medida en que los habitantes de un territorio
se involucran e indagan sobre su pasado.
Cabe mencionar, dejando un poco de lado el aire festivo, que ha sido grato
encontrarnos con actividades serias que dieron
cabida para contar pasajes importantes de nuestra historia, ya sea por medio del
ciclo de conferencias que el Instituto de Arte y Cultura de Mexicali programó
en días recientes, así como los paseos por el Centro Histórico; también vale la
pena mencionar la tradicional celebración que Canal 66 organizó en la Casa de
la Cultura, donde hubo danza, teatro con mucha historia y poesía que nos emocionó y nos puso de pie.
También las instituciones educativas han hecho lo propio para
promover ese interés hacia el estudio de nuestros acontecimientos históricos;
cada vez son más los jóvenes que investigan por genuina curiosidad y de manera
formal, los procesos y momentos cruciales de nuestro pasado; hechos que transformaron
al llamado “Territorio norte”, en la ciudad con personalidad única y propia que
hemos llegado a formar.
A propósito de este sentimiento de pertenencia y entusiasmo por
nuestras raíces, recordamos las palabras
de Peritus, nuestro primer cronista, expresándose sobre los orígenes de esta
ciudad, por el año de 1966:
“Mexicali resulta ser
ahora una ciudad sobrada de historia, porque la historia no ha de ser siempre
un libro cargado de episodios y más episodios que hagan una historia grande
pero sin contenido, sino también labor, acción y trabajo humanos acumulados y
dispuestos para su perfección en el devenir de los tiempos; algunos autores
también le han dado a la historia un lugar especial entre la poesía y la
filosofía. La historia no la hace la tierra, la hace el hombre. La historia de
Mexicali comienza con el primer hombre que puso su planta en cualquiera de los
márgenes del Río Nuevo, donde luego nacería nuestra ciudad; de igual forma que
Lamartine expresó que el primer acto de civilización tuvo su origen en el
primer azadonazo dado por el hombre sobre la tierra”.
Y así fue, a partir de un pequeño acto, cargado de enorme
significado, que esta tierra comenzó a dar fruto, y seguirá dándolo mientras
sus hijos agradecidos, sepan retribuirle con trabajo y amor que se manifieste
de todas las maneras posibles.
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